La mezcla básica consiste en una proporción adecuada de cemento, arena, grava y agua.

Generalmente, una buena relación es de

  • 1 parte de cemento,
  • 3 partes de arena y
  • 3 partes de grava,
  • junto con suficiente agua para lograr una consistencia homogénea.

Esto proporcionará una base resistente y bien compactada.